La buena noticia es que cada vez son más los fabricantes que se están animando a tirar de lata para los formatos pequeños. A mí el laterío me pirra. De hecho, se van acumulando (vacías) sobre mi mesa en un cementerio metálico al que mi mujer ya llama «la chatarrería». Uno de estos fabricantes, pero no es nuevo, porque tiene otras latas a la venta en estancos, es Abe Flores que ahora lanza en este cómodo formato los half-corona de la versión maduro del A.Flores 1975 Gran Reserva.
El de anilla azul claro, para que nos entendamos… Esta lata…

Las latas contienen cinco half corona (88 mm x 46) de este A.Flores 1975 Gran Reserva Maduro, con capa maduro San Andrés, mexicana; capote Olor dominicano y tripa compuesta por corojo dominicano y semilla habano nicaragüense (¡piscinazo!), seguramente criollo 98. Este dato, que tampoco tiene mucha importancia, si no fuera cierto, será rectificado. Pero me juego una pierna.

El precio es 3’95 por cigarro (la lata de cinco, 19’75 euros, si no calculo mal). Precio en estanco a 2 de octubre de 2020, pero podría variar.
En esta misma serie y formato, half corona 88 x 46, como os he dicho, tenéis dos opciones más en el estanco que no son nuevas: el Sungrown, que lleva una anilla naranja…

Sólo cambia la capa, que es una semilla habano sembrada en Ecuador al sol (y, personalmente, de los tres es el que más me gusta a mí). Y, también half-corona (88 x 46) el Corojo, ese corojito rico, que es un poco más potente y que lleva una anilla roja:

Al igual que el Sun Grown, es la misma ligada, excepto la capa que, en este caso, es una semilla corojo sembrada en República Dominicana.
El Corojo lo tenéis también en formato robusto.
Y, este verano, le he hecho una cata de un minuto:
Casi merece la pena comprarse una lata de cada y probarlos con cuatro amigos, con una botella de agua con gas, para darse cuenta de hasta qué punto incide la capa en el resultado final de un cigarro. Perdonadme que insista con eso. Es un viejo caballo de batalla. Algo que, por más que se diga, no parece que acabe de calar en la gente y es que es así: la influencia de la capa en el sabor del cigarro es definitiva.
Venga, a hacer el experimento todos. Decid que vais de mi parte.
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El problema de los half corona es que no te duran ni el café, aunque hay veces en que es precisamente eso lo que quieres. En esos tamaños, me quedo con el cuaba divinos, caro, pero de una delicadeza extrema. El único cigarro hasta la fecha que no amoniaca al final.
Lo malo es encontrarlos. Creo que tengo alguno todavía en casa de cuando se lanzaron… A mi las medias coronas me gustan para lo que son: 20 minutos que si son 15, tampoco pasa nada. UN abrazo!