Os voy a contar el evento de Buenos Humos Zaragoza, para que os apuntéis, pero en tono un poco reivindicativo. Que no parezca que, en realidad, a los fumadores lo que nos gusta es andar penando por las esquinas. Esto me pasó a mí antes de ayer. Nos fuimos a cenar mi mujer y yo con unos amigos a un sitio cojonudo. Se come bien, buen precio, pero, sobre todo, dispone de un enorme jardín maravilloso, lleno de mesas, con una zona emparrada que es de lo más bucólica. Había incluso una actuación en directo: una chica con una guitarra que lo daba todo. Todo muy bien… ¡Nos bebimos dos botellas de albariño!
Llega el momento cenital, el que todos los fumadores de puros esperamos, me pido un café con gotas… Con «jotas» dicen aquí… ¡Me encanta! Estaba decidiéndome entre los dos puros que había llevado. De los cuatro, soy el único fumador de puros. Ellos tres, incluida mi mujer, son fumadores de cigarrillo y del «maquinillo» de Philip Morris. Ese que huele a pedo.
Llevaba conmigo dos puros con su tubo. Para un rato no muy largo, tenía un H.Upmann Magnum 46 (vitola de galera corona gorda, 143 mm x 46), un tabaco muy rico, cubano, que a mí me viene a durar una hora. Me encanta. Pero, por si lo alargábamos un poco más, tenía un Davidoff Winston Churchill The Late Hour Churchill, señor tabaco, BURKINA THE LOT, churchill de 178 mm x 48, que es un cigarro sinfónico para casi dos horas de satisfacción totalmente garantizada.
Si quieres saber qué es Burkina The Lot, tabacos con garantía personal de satisfacción, sigue este enlace.
BURKINA THE LOT – CIGARROS QUE ROZÁN LA PERFECCIÓN
LOS PUROS
Así que, ¿qué más se puede pedir? Un sitio bonito, al aire libre, una noche de lo más agradable (con un jersey), buena cena, buenos amigos, un buen café con jotas y un tabaquito de colofón…
Estos dos tabacos que os enseño en esta foto (que acabo de hacer ahora mismo) son los dos ejemplares que llevé antes de ayer a la cena. Aquí los tenéis.
Como veis, no me fumé ni uno ni el otro, porque en el enorme jardín del restaurante estaba prohibido fumar. Me di cuenta porque, entre el jardín y el establecimiento, había un «espacio habilitado», donde varios adictos al cigarrillo fumaban en círculo alrededor de una papelera cilíndrica, de esas que tienen un cenicero en la parte superior. Ni siquiera una mesa.
Una papelera-cenicero y de pie. Una buena oportunidad para hacer amigos, sin duda.
Es algo absolutamente indigno e inaceptable. Mis amigos y mi mujer se fueron a fumar allí. Yo no lo habría aceptado ni cuando era fumador de cigarrillos. Ni de coña. Cuando vino la camarera con la cuenta, le dije:
– Hemos cenado muy bien -mi mujer se echó a temblar-, pero no pienso volver porque es evidente que en este restaurante, los fumadores no somos bienvenidos.
RESEÑA NEGATIVA EN GOOGLE
Como toda respuesta, la pobre chica puso cara de «esto no va conmigo» y se encogió de hombros. Me habría encantado que se hubiera acercado el dueño o dueña a la mesa para explicarme por qué en un jardín tan grande y completamente abierto, no hay una zona donde yo me pueda fumarme un puro a gusto después de cenar, sin molestar a nadie. Y me habría tomado otro café y una copilla (o dos). Pero no lo hicieron, así que les he puesto una reseña negativa en Google:
«Se come muy bien y a buen precio, pero no permitan fumar ni siquiera en su enorme jardín, por lo que entiendo que los fumadores de puros no son bienvenidos. Lo peor es que, en el camino de entrada, a escasos tres metros de donde estaba yo sentado, tienen un espacio «habilitado» para fumadores que consiste en una papelera cilíndrica con cenicero arriba, donde los pobres yonquis pueden arrastrarse, sin ninguna dignidad, y fumar de pie alrededor de la papelera ¡y hasta hacer amigos!
Yo no fumo cigarrillos, fumo puros. Como comprenderéis, ni aunque fumara cigarrillos iba a aceptar eso como una solución. Es increíble la poca dignidad que tienen los fumadores de cigarrillos. Si no os gusta que los fumadores vayamos a cenar, prohibid fumar del todo pero, por supuesto, anunciadlo. Y no entiendo que disponiendo de un espacio abierto tan grande, no sea posible que en una zona del jardín se pueda fumar. Es una pena, porque el sitio me gusta mucho. Ya me he dicho varias veces que no vuelvo, pero esta vez lo voy a cumplir. No vuelvo si no cambia la política con respecto al tabaco«.
¡Duele! Seguro, porque me han contestado, aunque su respuesta deja mucho que desear. Me dicen que si no soy capaz de respetar las normas de un establecimiento, el problema lo tengo yo, no ellos… A ver.., El problema lo tienes tú, que yo no voy a volver, has perdido un cliente y, encima, voy a contarle a todo el mundo que no os gustan los fumadores. Yo he respetado todas las normas y no he fumado, pero permíteme que no lo entienda cuando, además, tienes un jardín enorme y puede haber sitio para todo el mundo.
La única razón aceptable es que los propietarios, legítimamente, no quieren que se fume en su restaurante. Lo acepto, ¡faltaría más! Pero decídmelo antes de ir, para que yo pueda elegir. Yo no voy donde no me dejan fumar.
NO LO ACEPTÉIS
No es la primera vez, ni va a ser la última, que pongo una reseña negativa en Google por esto. Y os animo a todos a hacerlo. En el caso de que el restaurante no tenga más remedio que cumplir la ley, evidentemente, no, pero en casos como este: ENORME JARDÍN (buscadlo en Google), al aire libre, y que no sólo no te dejen fumar sentado en la mesa, como las personas normales, sino que, además, si quieres fumar, te tienes que desplazar a un narco-espacio… ¡Que está al lado! Desde mi mesa se olían los cigarrillos. Yo voy a un restaurante a disfrutar, no a que me estigmaticen más.
¡No lo aceptéis! Quejaos en el sitio y, después, poned la reseña en google. Pero ¡hacedlo!
Y ahora que ya os tengo pegando puñetazos a la pared, os cuento el otro lado de la historia. Porque los fumadores de puros andamos llorando por las esquinas… ¡No nos dejan fumar! ¡Somos apestados! ¡Ninisdijinfimir! Pero, después, cuando alguien dedica su tiempo y su esfuerzo en organizar un evento para que podamos fumar a espuertas, a gusto, sin nadie que se abanique el naso con la mano, tenemos que estar allí.
El próximo 6 de septiembre, Buenos Humos Zaragoza ha puesto toda la carne en el asador para propiciar, precisamente, lo que no nos están permitiendo hacer en hostelería: un gran evento para fumadores de puros.
EVENTO CON JOYA
Y al loro, gente de Zaragoza, alrededores y zona de influencia, porque sólo hay 25 plazas y algunas ya están cubiertas. Sobre todo, si vives en Zaragoza (o cerca) y eres aficionado al puro, apúntate a Buenos Humos Zaragoza. No te compromete a nada y, entre todos, seguro que conseguís darle vidilla, hacer amigos con los que compartir buenos momentos. Se trata sólo de eso. De encontrar lo que me negaron a mí antes de ayer.
El evento es el restaurante Aura, el próximo 6 de septiembre, viernes, a las 20,30 h.
Las vistas ya merecen la pena. Casi le puedes dedicar una jota a la Pilarica.
El evento consiste en cena tipo cóctel y barra libre, acompañada de tres tabacos muy ricos de Joya de Nicaragua y degustación de ron Santísima Trinidad, guiada por el brand ambassador Jorge García Brun.
Precio: 100’00 euros por persona. ¡Regalado! Pago y reserva por Bizum al 727 765 407. Lo repito porque alguno va a pensar que es una errata: 727 765 407. Es un teléfono que empieza por 7 y no es una línea caliente ni te van a vender una alarma para casa.
Aquí tenéis el cartel.
TRES CIGARROS DE JOYA DE NICARAGUA
Reserva tu plaza ya. Puedes contactar con Buenos Humos Zaragoza a través de Instagram @buenoshumoszaragoza y de su página web.
Y, de paso, hazte socio.
Los cigarros que van a poder degustar en el evento están encabezados, además, por un tabaco que es Burkina The Lot. Joya de Nicaragua nº1 L’Ambassadeur:
Un tabaco con garantía personal de satisfacción de Burkina The Revist:
BURKINA THE LOT – JOYA DE NICARAGUA Nº1
Formato, más o menos dalia (168 mm x 44), maravilloso y elegante. Un tabaco creado como regalo del gobierno nicaragüense para las visitas de estado, que va de suave a medio, cremoso, complejo, equilibrado… Tiene cata en un minuto.
Además de esta «Obra Maestra», dos tabacos más de Joya de Nicaragua, que son el Clásico Medio Siglo Toro (152 mm x 50). Hoy por hoy, uno de los cigarros con mejor relación calidad/sabor/precio.
Os lo conté este día:
Y, por último, un Cabinetta Robusto (127 mm x 50), que es ese tabaco que lleva doble capa. Comienza con una Connecticut Ecuador y termina, en el último tercio, con una Criollo Nicaragua.
Fortaleza hasta media, muy balanceada y, sobre todo, es toda una experiencia comprobar cómo cambia el tabaco cuando cambia la capa.
Un gran evento organizado por Buenos Humos Zaragoza, que no debes perderte. Además, tal y como están la cosas para encontrar espacios donde poder disfrutar de la vida a nuestra manera, a la gente que se moja hay que darle apoyo. Anímate.
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Eternamente agradecido, Javier. Coincido contigo en que nos tenemos que revelar frente a la continua prohibición de fumar en terrazas (de momento no es ley). Iniciativas como la del evento del seis de septiembre son las que ponen en valor el bello arte de fumar puros y nuestro derecho a hacerlo en espacios abiertos. No podemos permitir este continuo recorte de libertades. Debemos unirnos todos para hacer fuerza contra la prohibición. #ProhibidoProhibir 🙌🏻 Un abrazo fuerte 😊
De nada Pepe, un abrazo! Prohibido prohibir. Estoy de acuerdo. Mucho mejor educar.
Buenas tardes, respecto a la introducción me apunto el restaurante, para no ir claro jeje, por desgracia cada vez hay más sitios así, no es que no puedan, es que no quieren respetar a otra parte de los clientes, en mi casa rural pone claramente que en la terraza se puede fumar y porque dentro no me lo permite la ley. Respecto al evento, siendo de Aragón, lo tengo a hora y media, y estaré en Zaragoza, pero en una boda, y de las que seguro que no darán puro jeje, me los llevaré yo y si no encuentro donde fumarlo y veo que no estoy lejos del evento igual desaparezco jaja. Saludos y buenos humos. Por cierto que ahora entiendo que te costará escribir al dejar los cigarrillos, llevo 5 días y me subo por las paredes jaja.
Ánimo con los cigarrillos. ¡Cinco días! ¡Son 120 horas! Eso está ya hecho. ¡Vamos! Lo de tu casa rural, lo entiendo. Lo de este restaurante, no, pero no sólo porque tenga un jardín enorme, sino porque prohíbe fumar en la mesa y, después, te pone un espacio ridículo en medio del camino para fumar que, además, no aleja el humo de las mesas. Si lo vas a prohibir, hazlo, pero ese ventajismo de dejar fumar en el narco-espacio… No, amigo. Prohíbelo y lo pones en la puerta. Disfruta la boda. UN abrazo
Probablemente le hayas hecho un favor publicitando que los fumadores no son bienvenidos, estamos en una época de polarización y seguramente atraiga más gente no fumadora que los fumadores espantados
Yo no pretendo hacer campaña contra este establecimiento. De verdad que no. Lo que quiero es que los fumadores de puros sepan, antes de ir, que allí no son bienvenidos. La política de su local me parece equivocada pero la respeto al cien por cien. Ahora, hay que saberlo de antemano porque así yo puedo elegir libremente ir o no ir. Eso es todo. Dudo mucho que ahora se le llene el local de no fumadores, la verdad, porque salvo a un reducido número de ultras, a la mayoría no les importa que se fume EN EL JARDÍN. Pero, oye, si a raíz de mi comentario, se le llena el local (no lo creo), me alegro mucho. Olé. Yo no voy a volver. Un abrazo
¿Por qué hemos llegado a este punto? Parece que en este mundo moderno, donde la corrección política lo impregna todo, ser fumador se ha convertido en un pecado mortal. Somos los nuevos herejes, condenados a vagar por los márgenes de la sociedad, evitando miradas de desaprobación y soportando sermones sobre nuestra «mala costumbre».
Nos tratan como si fuéramos un peligro público, un virus ambulante que amenaza la pureza del aire. En un tiempo donde todo es permisible, donde cada individuo puede abrazar su identidad sin reparo, resulta que encender un cigarrillo es un acto de rebelión, una declaración de guerra contra las normas sociales. ¡Qué ironía! Hemos pasado de ser figuras icónicas en películas de cine negro a ser vistos como villanos, arrinconados, literalmente, en las esquinas más inhóspitas.
¿Y qué decir de los espacios amplios? Estos podrían ser paraísos donde disfrutar de un cigarrillo al aire libre sin molestar a nadie. Pero no, nos prohíben incluso ahí. Tal vez, en la mente de los no fumadores, el humo de nuestro cigarro o puro puede viajar kilómetros y contaminar su preciado oxígeno. Nos exigen que aceptemos sin chistar, como si la complacencia fuera la única respuesta razonable.
Pues lo digo claro: no pienso seguir humillándome en lugares donde mi presencia no es bienvenida, donde se nos trata como ciudadanos de segunda clase, cuyo único delito es disfrutar de un cigarrillo o un puro después de una comida.
Así que, a todos esos lugares que han decidido sumarse a la cruzada contra el fumador, les hago un favor y me despido. Seguiré buscando esos escasos refugios donde todavía se nos permite disfrutar de nuestros placeres sin ser vistos como parias. Porque, francamente, en un mundo tan vasto y variado, prefiero estar donde me respeten, donde no tenga que disculparme por quién soy y por lo que disfruto.
Muchas gracias Jon, ¿qué te voy a decir? Bienvenido a la rebelión. Yo no voy, salvo por exigencias del guion, a ningún sitio donde no me dejen fumar, incluso aunque sea por impositivo legal. Quiero decir que tengo mis sitios donde legítimamente (aunque no legalmente) me dejan fumar a gusto y no voy a ningún otro sitio. Y te voy a decir algo más: en aquellos lugares en los que van más allá de las prohibiciones y, sin lógica alguna, me prohíben fumar, yo pongo una queja y si puedo un comentario en Google… Hoteles, restaurantes, terrazas… Mis hijos ya se avergüenzan de mí, pero es lo que hay. Un abrazo!