El otro día, en Pasión Habanos, fumando con Pedro Merino, tuvimos una larga y muy agradable charla. El cigarro que nos fumamos, un habano sin marca ni vitola de galera que, quizá, fuera un poco mayor que una Lusitania, nos dio para dejar el mundo niquelado y alicatado hasta el techo.
Estuvo muy bien. Habrá que repetir.
Una de las cosas en las que coincidimos es en que tenemos en casa guardadas muchas cajas de cigarros, que no están vacías pero que ya no contienen puros, cada una con su utilidad. Hoy os muestro algunas. Otro día, pondré más. Todas son especiales y todas contienen una parte de mí.
Espero que os guste el vídeo de Burkina [J’Adore] The ReVids… Y que os suscribáis al canal Youtube, claro.
Por cierto, ya no llevo bigote. No, no se ha acabado Movember, pero no me ha quedado más remedio: hasta un tipo como yo, en un momento dado, llega al límite de lo que le avergüenza.
El vídeo. Ojalá os guste.
«Estuvo muy bien. Habrá que repetir.» ¡Por supuesto! Cuando quieras.
No pensé nunca en guardar tantas cajas. Será que las tengo fácil, jajaja.
Ese partagas es maravilloso. Y tienes una bonita colección de cajas. Que seguirás enseñándonos