Me doy cuenta de que el título, «Cómo se corta un puro», está muy bien elegido. Es súper SEO, sí, pero yo no puedo evitar ser tonto (dale, Lorena) y decir mi tontería. Es lo que tenemos los cuñaos. Y si no os gusta que ejerzamos nuestra condición, no nos invitéis a la cena de Nochevieja. ¿Cómo se corta un puro? Se preguntan muchos nuevos aficionados. Se corta con contundencia y sin dudar, como se tira uno a la piscina desde un trampolín de seis metros. Así lo hizo Lorena. Pero, además, y más importante: ¿Qué modalidad de corte, por qué y con qué resultado?
La respuesta, como todo en el tabaco, es difusa porque depende, sobre todo, de las muy personales preferencias y gustos de cada uno. En realidad, como casi todo en el mundo del tabaco, el tiempo y la experiencia son muy importantes. A cortar el tabaco, ese primer paso gran paso hacia el mundo del cigarro y que, tan frecuentemente, asusta a los que se están iniciando, se aprende poco a poco… ¡cortando cigarros, sin duda y con contundencia! Sin delegar la responsabilidad en el amigo más experimentado en plan «José Luis, córtamelo tú que me da miedo«… Y, al final, uno va conformando su propio criterio, no sólo corta sin darle tanta importancia al error, sino que encuentra su propia manera de hacerlo. El tabaco te lo enseña.
Así que lo primero para cortar un puro es perderle el miedo y hacerlo de una vez. Decides el tipo de corte, colocas bien el cigarro en el cortapuros, lo calibras un poco y, cuando estés preparado, aprietas sin pensarlo, sin dudar, y que sea lo que Dios quiera. Es importante que comprendas que NO PASA NADA SI NO LO CORTAS BIEN. No te vamos a mandar al rincón con orejas de burro por no haber conseguido hacer un corte canónico. Un buen corte no sirve para el lucimiento personal del fumador ni para demostrar a la audiencia su pericia con el cortapuros. Hay que aparcar un poco la vanidad, «kai panta mataiotes». El objetivo es optimizar la fumada. ¡Sacarle el máximo jugo al tabaco!
Pero fallar, cortar mal un cigarro, no trae consigo penas de privación de vanidad. Todos fallamos alguna vez. ¡Yo fallo! Por lo que sea. Y si te fijas un poco en Instagram, verás gente con muchos seguidores… Bonus homerus dormitat… Cómo me gusta meter un latinajo.
El mejor escribano echa un borrón.
LA UÑA Y LA BOCA
En principio, uña y boca no fueron creados para cortar puros. No es que yo esté en contra. De hecho, alguna vez me ha pasado que me he visto sin cortapuros y yo, particularmente, uso la uña. La boca no, porque la mandíbula no me da el juego para psicomotricidad tan fina. Yo no puedo cerrar la boca (en sentido literal). Si hay algún dentista en la sala, sabrá por qué lo digo. Aparte, desde mi modesto punto de vista, morder al tabaco para cortarlo es una guarrería. Lo primero porque hay que chuparlo mucho para que el corte sea más o menos aceptable. Después, hay que escupirlo. Seamos civilizados.
Yo no lo recomiendo. La uña es otra cosa. Tiene un pase.
En este vídeo se medio ve sólo, porque el plano no era fácil, con mis manos por el medio, pero… Las claves son dos: hazlo despacio, marcando bien el surco, y moja un poco la cabeza antes de hincarle la uña. Ni siquiera es necesario tener las uñas largas. Puedes probar en casa, pero yo te recomiendo que lo hagas primero con tabacos baratitos. En los habanos, por la forma de cerrar la perilla, es más fácil encontrar el surco, pero todos los cigarros lo tienen en el punto en el que la capa se junta con lo que en Cuba llaman el pañuelo… La perilla o, Dominicana, la tapa.
En cualquier caso, teniendo en cuenta que los fabricantes de cortapuros también tienen que mantener a sus familias, y considerando que el mejor corte, el más fiable, el más seguro, se hace siempre con una cuchilla bien afilada, mi consejo es que el corte a uña se haga sólo en casos de emergencia. Como la del vídeo.
También, como consejo general, ya sea con la uña o con un cortapuros, es recomendado chupar un poco la cabeza. Humedecer un poquito la hoja evita, sobre todo si el tabaco está un poco seco, que el corte sea desastroso y que, después, durante la fumada, se te desmonte mucho el tabaco. Antes de la fricción, un poco de lubricación… Consejo de la DGT a los conductores.
EL CORTE A TIJERA
Como he dicho, cada fumador al final encuentra su forma de cortar el puro, ni mejor ni peor, la suya, la que le gusta, la que le viene bien. La mía, la que me gusta, la que me parece elegante y precisa, es la tijera. Tengo unas cuantas, pero yo esto sólo lo uso en mi casa y no siempre, no os voy a engañar, porque las tengo en el cajón. Estas que veis eran de mi padre. Si os fijáis en la plateada, pone 350 en el filo.
Sólo los más antiguos del lugar saben a qué se refiere ese 350.
Tengo cinco o seis, de distintos tamaños, formas y marcas. Lo importante en la tijera es asegurarse de que está bien afilada. Después, es siempre el corte más preciso, porque te permite ver mucho mejor por dónde va a pasar el filo. Sobre todo para cigarros rectilíneos o parejos, sin duda, es lo mejor. El corte debe ser recto y escaso. La tendencia de muchos fumadores noveles es meter la tijera y, lo voy a decir en segoviano, «llevarse una ronda como si encentaran una longaniza«.
¡Cortad poco! Vale también para figurados y doble figurados.
Si el tabaco está bien hecho, con cortar la perilla o tapa, tirará bien, pero, sobre todo, si aplicas un cortecito pequeño y, por lo que sea, te sale mal, tendrás margen para rectificar. Si cortas como Lorena… Eso ya no tiene remedio.
Esto es parte de un vídeo que hice para Davidoff. Creo que se ve muy bien cómo de pequeño debe ser el corte a tijera. Con ese filetillo, suficiente. Y esta precisión y fiabilidad, sólo lo da el corte a tijera.
Id practicando que, la semana que viene, o dentro de quince días, volveré con esta sección, digamos, «corta fino que cunde más», y os explicaré los distinto tipos de corte y cortapuros y su resultado en la fumada. De momento, quedaros con que el que yo uso, el que me gusta y me viene mejor, es el corte recto.
Sé que muchos esto ya lo sabéis, pero, por suerte, aún hay gente que está empezando. Y cuantos más, mejor. Bienvenidos al mundo de los puros. Entra, ponte cómodo, siéntete como en tu casa, disfruta.
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Javier, contigo siempre se aprende!!!!
Muchas gracias, JOserra. UN abrazo
El saber no ocupa lugar estimado, y más nuestro cerebro que tiene mucha memoria ram sin usar, algunos más que otros incluso,jajaajajaaja. Corta feliz, corta contento, pero siempre con tiento.
Gracias Javier por todo lo que enseñas!!! Pero me he quedado von la intriga de lo que significa 350!! Un abrazo
Porque no eres de los más viejos del lugar, claramente. En 1986, prácticamente, no habías nacido. UN abrazo!
Siempre con tiento. GRan verdad. Y de una vez. Un abrazo
Muy bueno Javier. Espero posteriores entregas. Personalmente me aficioné a una especie de «gadget» – realmente no se cual es su nombre tecnico- de forma circular y pequeña que hace una incisión muy limpia en el cigarro, con lo que evitó desgarros posteriores causados por un mal corte.
Un abrazo
Se llama PUNCH o perforador. En la próxima entrega, o en la siguiente, le dedicaré un pensamiento. UN abrazo
Joder Maestro, eres un Maestro. Por lo que enseñas y como lo enseñas 😉😉. Yo sigo a lo mío. Qué lástima que no lo tengamos todo recogido en un …….. 😞😞
jajajajaja… Cuando lo escriba, te mando el primero dedicado. UN abrazo
Hace poco me di cuenta que mi manera preferida de cortar es con una pequeña navaja que siempre llevo conmigo….un saludo
¡Hablaré de las navajas! Es un corte más sencillo de lo que parece y muy práctico. Un abrazo!
Gran entrada (como todas).
El corte, como señalas (y como todo) va en cuestión de gusto personal.
Yo, que soy así de raro, me encanta el corte recto en la mayoría de los casos pero en pirámides o belicoso me he aficionado al corte en V. No sé porqué, pero tampoco hay que buscar un porqué a todos los gustos, ¿no? Nos gusta y punto.
Sigue enseñándonos, maestro.
Un abrazo.
Muchas gracias, Fernando. Los gustos no tienen un porqué, ni necesidad de tenerlo. Y todo lo que hagas con un puro, si a ti te gusta, está bien hecho… Salvo apagárselo en el brazo al de al lado. Eso es feo, aunque se lo merezca. UN abrazo