Os iba a contar un chiste, pero me voy a poner un poco serio que ya no son horas. El Pepinazo 2018, con 10 votos, dos cigarros en el puesto 14 del ránking. Os recuerdo que han sido 561 votos, al final, más algunos que he anulado porque los cigarros no se vendían en España o, directamente, no existían. También, repito, hay que decir que son más de 4.000 referencias de cigarros, que el voto se ha dispersado mucho, tanto que de hecho, ya he hecho referencia en el ránking a 165 cigarros… ¡165 cigarros!
Hay para elegir.
Puede que el Pepinazo esté resultando demasiado largo en su publicación, pero la verdad que es que estoy satisfecho con la información que ofrece sobre los lectores del blog, que son, en general, gente entendida y de pico fino. Gracias a todos los que habéis participado.
Puesto 14, ex aequo, con 10 votos muy meritorios, para un nicaragüense y un habano:
Puesto 14.- OLIVA Serie V Melanio Robusto.
Nicaragua. 13’90 euros.
Melanio es el nombre del iniciador de la saga Oliva, tabaquero cubano de finales del siglo XIX cuya descendencia, por causa de la Revolución Cubana, acabó haciendo lo único que sabían pero en Nicaragua. Fue el nieto de Melanio, Gilberto, quien convirtió a los Oliva en una de las familias productoras de tabaco más importantes de Centro América. Gilberto murió en diciembre de 2017, mes negro del tabaco cubano-nicaragüense en el que falleció también otro grande, con una historia parecida, José Orlando Padrón. Los Oliva siguen en el negocio, y ya es la quinta generación, con José Oliva al frente, aunque vendieron la marca hace unos años a los Van der Marliere, familia belga fabricante de cigarros mecanizados en Kortrjik, Flandes. Las marcas más conocidas de Van der Marliere son Neos, Amigos y J.Cortès.
Todo este rollo me ha salido sólo de explicar por qué Melanio porque al cigarro ni hace falta que lo presente ni mucho menos que lo defienda. Los cinco años de añejamiento del ligero de la ligada le dotan de una complejidad de sabores y de una profundidad absolutamente fantástica que le hizo merecedor del premio al cigarro del año de Cigar Aficionado en el año 2014 (al Figurado, no al Robusto, pero la ligada es la misma).
Capa Ecuador, capote y tripa Nicaragua, es un tabaco fuerte, pero domado, que, en mi opinión, está al alcance de cualquiera, como un whisky que tuviera el alcohol perfectamente integrado.
HOYO DE MONTERREY Le Hoyo de San Juan.
Cuba. 14’90 euros.
Octavo mejor habano del ránking del año pasado, se mantiene entre los puestos de cabeza con una buena cantidad de votos y eso es, sin duda, debido a su formato de tendencia y a su singularidad dentro de la serie Le Hoyo de Hoyo de Monterrey. Hoyo de Monterrey es un cigarro que, originalmente, se ha fabricado con lo que ahora se va a empezar a llamar cigarros de chateau (castillo, en francés, como sabéis), término importado del vino que viene a decir que todo el tabaco de la ligada viene de la misma finca, llamada Hoyo de Monterrey, situada en el municipio de San Juan y Martínez, en Vuelta Abajo, Cuba. A mí personalmente me gusta más la palabra PAGO, que es como se dice en cristiano viejo, pero tampoco voy a pelear contra la palabra Chateau. Me parece bien que se vea en eso no una ventaja sino una característica reseñable.
La singularidad de la que hablo es la fortaleza. Hoyo de Monterrey son tabacos con poca fuerza, muy aromáticos y sabrosos, pero no tienen la pegada de otros habanos. Casi no me atrevo a insinuarlo, porque la consistencia exigiría que Le Hoyo de San Juan mantuviera esa línea, pero en mi opinión está un punto por encima de lo que es normal en la marca. No llega al Grand Epicur de hace unos años, que era un pepinaco, pero sorprende bastante, lo que contribuye, creo, a su éxito. Un doble mérito si tenemos en cuenta el formato de cepo grueso y cañón largo que exige una enorme cantidad de tabaco.
Un muy buen habano que le ha puesto el listo bastante alto al próximo, y parece que inminente, lanzamiento de Hoyo de Monterrey Le Hoyo de Río Seco…
