Evolución, evolución - Burkina the revist le foin, le divin, le purin

Evolución, evolución

Bill Hicks, uno de mis humoristas preferidos (murió ya el hombre, pero podéis ver sus actuaciones en Youtube) decía que mientras en todo el mundo se pedía revolución, en Alabama aún salían a la calle exigiendo ¡EVOLUCIÓN, EVOLUCIÓN!

Si queréis ver un humorista transgresor de verdad, no os lo perdáis. No a todo el mundo le hace gracia, advierto. Esto es como los puros: va en gustos.

Lo que hay frente a la evolución no es, sin embargo, la revolución. Frente a la evolución, en el difícil equilibrio en que se mueve la vida, está la involución, que también implica un cambio. Y si no hay control sobre ese cambio, el resultado es incierto.

¡INVOLUCIÓN, INVOLUCIÓN!

Como sabéis, la política interna de Burkina [J’Adore] The Revist me impide hablar mal de un cigarro. El hecho de que a mí no me haya gustado implica que no lo mencione, porque no soy tan lerdo como para hacer de mis gustos algo universal.

Y no es que no me gustara del todo… El primer tercio comenzó suave a medio, con sabores clásicos del tabaco: un amargo vivo, herbal, cierta madera. Después subió la fortaleza un punto y se me presentó como una gran promesa, levantó en mi cierta expectativa, porque estaba bien bueno. Aparecieron toques dulces y cítricos, especias, se hizo más cremoso, el amargo seguía presente y frutal, una fortaleza media con mucho sabor. Pero el último tercio se descontroló: me empezó a agarrar la fuerza en la garganta, síntoma inequívoco de exceso de nicotina, el sabor se empastó y me daba mucha sed… Involucionó.

El último tercio no me lo acabé de fumar.

FICHA DE CATA

Formato: 6×54. Tabaco, desconocido. Capa: colorada. probablemente una semilla cubana. Tiempo de fumada: 40 minutos (dos tercios).

Olor en frío: Heno. Leve picor de pimienta.
Sabor en frío: mineral, amargo y puntas picantes.
Tiro: fácil. Combustión perfecta. Ceniza gris clara, compacta y firme.

LE FOIN: suave a medio, con sabores tabaqueros más clásicos de una capa tipo connecticut que de una havanensis. Madera, amargo herbal, levemente picante. Aparecen notas cítricas a pomelo. No son dulces.

LE DIVIN: fortaleza media. Se vuelve más balsámico en nariz. Sigue la madera y el amargo herbal, pero aparecen puntas dulces melosas, especias, canela. El cítrico ahora tiene toques más dulces.

LE PURIN: fortaleza alta. Ha desaparecido la madera. Empieza a dar sabores oscuros empastados. Da sed, pero, sobre todo, pica. Algo de cuero, intenso a almizcle. Fruta pasada.

PURINES

El otro día, un señor me preguntó si era verdad que Winston Churchill sólo se fumaba los dos primeros tercios del cigarro. Yo también lo he leído en algún sitio, o me lo han contado, que al más famoso de los premieres británicos, al parecer, no le gustaba el final del puro, tan cargado de potencia y de sabor, ese que a muchos de vosotros (y me incluyo, a veces) os parece lo mejor de la fumada. Que lo es, pero cuando es glorioso, sinfónico, elevado.

A veces, es literalmente purín y lo único que te hace seguir fumando es la esperanza de que el cigarro te dé algo que no tiene: una vez más, la expectativa es mala.

Lo que sí le dije a este señor es que Zino Davidoff (perdonad que esté pesado con Zino, pero me lo estoy leyendo todo sobre él y, por cierto, no paro de aprender cosas) tampoco recomendaba fumarse el último tercio.

Es cuestión de química.

La división en tercios de un cigarro es algo que todos damos por sabido, pero no siempre tenemos fundamentos para explicarla. ¿Por qué un cigarro se fuma en tercios? Nada en el tabaco tiene una explicación sencilla. Parte de lo que sucede en el cigarro cuando lo fumas es consecuencia de la ligada del mismo, pero no todo. También tiene que ver con la temperatura del humo, las sustancias pesadas y volátiles que lo conforman y el paso del mismo por el cañón del cigarro.

Y, por supuesto, con que, al final, el mejor filtro del tabaco es el propio tabaco. El humo que atraviesa el cañón va impregnando el tabaco de sustancias, de forma que cuanto más cerca esté de la cabeza, más humo filtra.

LE FOIN, LE DIVIN, LE PURIN

Los franceses, que de sabor entienden lo suyo, llaman al primer tercio «Le foin»; al segundo, «Le divin»; y al tercero, «Le purin»… Sangre, sudor y lágrimas, diría Churchill.

La evolución en tercios de un cigarro se puede explicar gracias a la química, a la temperatura de combustión, y tiene mucho que ver con la forma en que se fuma el tabaco y con el paso del humo por el cañón o cuerpo del cigarro, como ya dije el otro día en la entrada EVOLUCIÓN.

Esa ficha de cata, siendo exigente, me lleva a no poder recomendar más que los dos primeros tercios de ese cigarro, al estilo de dos grandes mitos del tabaco, como son Zino y Churchill, y siguiendo la descripción precisa que los franceses hacen de los tercios de la fumada: le foin, le divin et le purin (el heno, el divino y el estiércol).

A no ser que a ti te guste el estiércol, lo que (y no es una ironía) también es aceptable en el abierto mundo del cigarro. A mí, a veces, me gusta. Sobre todo cuando desprende en frío ese aroma al que llamo «culo de vaca», establo, silla de montar, caballeriza, tienda de marroquinería, piel curtida, almizcle, purín.

Mierda.

2 comentarios de “Evolución, evolución

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