Guardar tabaco - Burkina the revist

Guardar tabaco

¡Vaya mañanita! A ver si ahora puedo… Quería escribir hoy sobre guardar tabaco, al hilo de una conversación que tuve ayer en la Sociedad Gastronómica Complutense, en Alcalá de Henares, donde estuve con Davidoff y con la ginebra Malabusca pecando a modo y a gusto. Soy consciente del merecido halo de prestigio que se están ganado los chicos de Alcalá entre muchos de vosotros, pero son malas compañías. No os las puedo recomendar.

La idea que yo tengo del demonio difiere bastante de esa imagen del hombrecillo rojo y cornudo, con chivo y mala baba, que está tan extendida. El Belcebú de mi imaginación es un maravilloso anfitrión, un tipo educado, afable y divertido, alguien que te abre la puerta con las mejores maneras y te invita, con una amplia y honesta sonrisa, a pasar. La frase favorita del demonio sería, en definitiva, «Pasa, ponte cómodo. Estás en tu casa«.

Y eso hago yo cuando voy. Paso, me pongo cómodo y me siento en mi casa, pero porque no creo que sea conveniente cabrear al demonio. Pienso en San Agustín de Hipona, cuando dijo aquello de «Señor, dame castidad, pero no ahora«, y me entrego. Me tomo dos deliciosos negronis (¡dos!), con toque mediterráneo, de ginebra Malabusca con un Camacho Connecticut y, después de comer y de oficiar misa tabaquera (que para eso iba), me trasiego un gintónic, me fumo un Davidoff Millennium, que hacen una pareja fantástica, y me siento como Lord Byron, arrepentido únicamente de los pecados que no he cometido.

Un puto infierno, amigos (gracias por invitarme), en el que la postura más inteligente es la estrategia de Calvino, hacerse parte del infierno hasta el punto de dejar de verlo. Y pasarlo bien. Para quedar perfecto, sólo le falta el cartel de Dante en la puerta: «Voi ch’entrate, lasciate ogni speranza«. Ningún infierno que se precie debería obviar la advertencia en la entrada.

Malabusca, por cierto, es la ginebra oficial del infierno. Tampoco os la voy a recomendar.

GUARDAR TABACO

Hace un par de años, un buen amigo, fumador de cigarrillos, pero no de puros, me pidió que le comprara un cigarro bueno, que me gastara pasta como si no hubiera un mañana, pero no me dijo para qué lo quería. Normalmente, los puros son para fumárselos, que es para lo que se fabrican, pero este amigo sólo me pidió que se lo eligiera yo. De lo que había en el mercado de billetazo, le mandé un Davidoff Royal Release Robusto que, lo recuerdo perfectamente, entonces valía 65’00 euros por tabaco. Hoy está en cien euros, creo… No lo voy a comprobar. Más o menos, ese es el precio.

Esta maravilla:

Royal Release es la gama súper premium de Davidoff, como me imagino que muchos de vosotros sabéis. Un tabaco casi al cien por cien dominicano (el capote es habano Ecuador), con una maravillosa y súper seleccionada capa Aromática Dominicana, y cinco tabacos en la tripa con añejamientos superiores a ocho años. Davidoff Royal Release es la joya de La Maison, un tabaco que tarda en fabricarse no menos de 10 años y en cuyo proceso hay 170 puntos de control de calidad, selección y, por supuesto, rechazo.

Es la perfección hecha tabaco.

Pero mi amigo no tenía dónde guardarlo. No es fumador de puros, insisto, y no tiene en casa ni un pequeño humidor de mesa, así que yo, suponiendo que lo quería para fumárselo ese mismo fin de semana, o en una fecha próxima, le aconsejé que lo guardara en un bote de cocina, con un trozo de ladrillo mojado.

Él me hizo tanto caso que, incluso, usó un bote de los que tienen un cierre hermético de goma… Lo sé porque, a los tres meses, me mando estas fotos:

Una catástrofe. Menudo consejo de experto, pensó mi amigo, mientras yo prometía compensarle. El tabaco se lo había comido el moho.

Irrecuperable. Imperdonable.

HUMIDOR, SÍ

Mi amigo vive en una ciudad castellana donde los cigarros se secan tan rápidamente como en Madrid, por lo que, cuando me preguntó que si lo metía en la nevera (¡¡¡¡noooooo!!!!), me pareció que el bote (no hermético) y el ladrillo mojado eran una buena opción. Y lo son, pero para un caso de casi emergencia, evidentemente no para guardar el tabaco tres meses. El error, muy común entre algunos fumadores, y lo he oído varias veces, es pensar que el humidor tiene que ser un espacio hermético.

¡ERROR! Dejad el «ermetismo» para Ungaretti.

Para dos o tres días, hasta que al tabaco le llegue su día y se mantenga bien la humedad, ese truco casero es perfecto (y gratis). Pero si el espacio es hermético, si no puede ventilar bien la humedad, se acumula y propicia la aparición de moho. Conviertes el cigarro en un todo incluido, con todo pagado, para el hongo. Y adiós tabaco, claro. A mi amigo, además de pedirle perdón (aunque no me siento muy culpable, la verdad), le dije que el tabaco hay que atenderlo… Si me hubiera mandado la foto del bote antes de meter el cigarro, le habría dicho que no era el indicado o que, en todo caso, lo abriera de vez en cuando para ventilar.

Me vino a la mente este borrón en mi historial, tras la enésima discusión sobre si al guardar tabaco en casa añeja o no añeja, que ya sabéis que yo defiendo que no, que envejece y pierde, pero en cualquier caso el resultado de esa guarda va a depender mucho, pero mucho, mucho, mucho, de que seas capaz de ofrecer al tabaco las mejores condiciones de conservación. No hablo sólo de temperatura y humedad controlada: orden, limpieza y, sobre todo, madera cruda de cedro… O de okume, que también va bien.

Estas condiciones te las da un buen humidor. Si estás empezando a acumular tabaco en casa, porque, como todos, compras más de lo que eres capaz de fumarte, no te lo pienses mucho: hazte con uno. Y no escatimes, aunque tampoco hace falta que tires la casa por la ventana y te gastes la herencia. Hay humidores buenos a precios razonables que te van a dar el servicio que necesitas.

Ahora mismo, en Magallanes Store, están subastando tres humidores de mesa, muy bonitos, por 195’00 euros. Puedes entrar, si los quieres ver, en este enlace y, si te decides, pujar por ellos:

MAGALLANES STORE – SUBASTA DE HUMIDORES

Y, si no, tienes Wacota, que es amigo y, además, se fabrican en España.

HUMIDORES WACOTA

Otro día, si os apetece, hablamos de guarda y añejamiento, pero ayer me acordé de este patinazo de mi pasado reciente, en buena parte culpa mía, y bien está como aviso a todos los que, alguna vez, me habéis pedido consejo. Cuidado conmigo.

Y mucho cuidado con la ginebra Malabusca, que es muy buena porque la hace el demonio. Este señor:

Y tiene nombre de apóstol, Santi. Un crack. No dejéis de probarla, aunque sea pecado. Ya os confesaréis, mañana. Al fin y al cabo, los puros van al cielo.

13 comentarios de “Guardar tabaco

  1. Cesar dice:

    Javier como siempre un placer leerte y compartir contigo momentos , en los que nos ilustras con tu sabiduría en este gran mundo del tabaco

  2. José Antonio dice:

    Leyéndote estaba poniéndose muy interesante el infierno, hasta que has recordado aquello de que los puros van al cielo…. 🙂

    • JAVIER BLANCO URGOITI dice:

      Gracias Francisco, aquí no hay bien ni mal. Hay me vale o no me vale, me gusta o no me gusta… Si a ti te vale y te gusta, adelante. Yo tengo un buen amigo que guarda los puros en el congelador. En la entrada sólo se dice lo que le puede pasar cuando la humedad es demasiado alta y durante un tiempo demasiado largo. Un abrazo

    • Francisco Scaramanga dice:

      Por desgracia Javier, si existe mal… muy mal y peor también. Lo digo por experiencia y muchos puros sacrificados. 😓

      A lo largo de mucho tiempo si e puedo decir que lo peor es sin duda los humidores y humidificándose de todo tipo. Los sencillos están concebidos para entornos que ya de por sí son húmedos. En climas secos como Madrid no funcionan. O los puros están demasiado secos o demasiado húmedos (riesgo de moho).

      El congelador solo es un buen remedio para puros de dudosa price vía y así eliminar/matar parásitos. No más de 72 horas y lo más secos posibles.

      La técnica del vacío es la única que te va a funcionar pero bien ejecutada. Una jarra com un trozo de ladrillo no. El ladrillo mojado aporta calor y humedad y la jarra deja pasar luz. Un trío mortal para el tabaco.

      En todo caso, y sin necesidad de querer hacer publicidad aquí, te envío un enlace en el apartado “Web” que está aquí abajo.

      • JAVIER BLANCO URGOITI dice:

        Perdona, Francisco, pero no he entendido tus comentarios. He interpretado que tú llevas veinte años guardando los puros en un bote de cristal con un trozo de ladrillo y que te ha funcionado bien. Por eso, el irónico «Vaya, veinte años haciéndolo mal… Me voy a fumar un puro de esos llenos de moho». Me pareció que era una ironía. Si guardas los puros en un bote de cristal, al sol, con humedad y sin airearlos, evidentemente no te duran ni tres días. Estos estaban en la cocina de su casa, pero no al sol. Es una solución de emergencia para dos, tres días, para evitar que se te sequen, que es lo que pasa en Madrid si dejas el tabaco dos días fuera de una fuente de humedad. No es para largo tiempo, ni para guardar tabaco. Lo del congelador, que hace este otro amigo mío, me parece un error, y se lo he dicho, pero a él le va bien, pues, oye, ¿quién soy yo para decirle que no? Son sus puros. Haz la publicidad que quieras, incluso si quieres escribir una entrada, adelante, estás invitado. Pero no veo el enlace. Un abrazo

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