Últimamente ando muy metido en cosas romanas. Los frikis somos así. En mi casa, mi mujer y mis hijos me esquivan en cuanto ven que me pongo la toga pretexta, porque a la mínima deslizo un latinajo y no sólo eso sino que, además, pretendo explicarlo. Este es de Marco Tulio Cicerón. Es muy conocido. «O tempora, o mores» (¡Oh tiempo! ¡Oh costumbres!), de las Catilinarias que son geniales para echarle la peta a mi hija, una Fulvia de 14 años a la que las Filípicas (¡je!) le entran por un oído y le salen por el otro ya sean en latín, en griego, en castellano, en euskera o en esperanto.
¿Quousque tandem abutere, Ana, patientia nostra?
¿Qué tiene que ver esto con el tabaco? Nada. Nada en absoluto o todo lo contrario, aunque mientras leo y me empapo de la manera genial en que Octavio le hizo el lío a Marco Antonio, hasta que finalmente se libró de él, me gusta fumarme un tabaco y repetir para mis adentros el oxímoron que, según Suetonio, era el lema del «Primus inter pares»:
«Festina lente». Apresúrate despacio.

Cayo Octavio Turino empleó 14 años en librarse de Marco Antonio y aún tres años más en convertirse en Augusto, primer emperador de Roma de facto, año 27 a.C. (726 a.u.c.). Menudo bicho el tal Octavio. Pues eso es lo que vas a tardar tú en enterarte de qué va esta entrada.
Pero yo te he soltado estas cosas de romanos y ya me siento mucho mejor. Gracias. Os prometí que os lo iba a contar con pelos y señales. Vamos con los pelos.
EL NOI TOURS – GÉNESIS
Aunque pueda parecer lo contrario, la idea de hacer un tabaco con mi nombre no ha sido nunca una aspiración, ni un viejo anhelo, ni una inquietud que yo haya sentido con más o menos fuerza. En ese campo, no siento la necesidad de demostrar nada porque no es mi oficio. Soy plenamente consciente de mi papel en el mundo del tabaco que es contar la historia. Soy cronista, poeta, periodista, escritor, juntaletras, plumilla, cuentista, escribano… Un Lactancio, claro, porque te la cuento ad maiorem Dei gloriam.
No soy maestro de casi nada pero mucho menos «maestro tabaquero» ni por supuesto «de ligadas» ni nada de eso, ni aspiro a serlo, ni creo que tenga la capacidad, ni el conocimiento suficiente, como para meterme en ese berenjenal. Alguna vez, algún insensato se ha dirigido a mí usando ese título que yo no creo merecer, «maestro», pero creedme cuando os digo que no es falsa humildad, que me incomoda severamente que me lo digan y que la mitad de las veces pienso en «La vida de Brian» y la otra mitad, en Yoda.
– ¡Maestro, maestro! Estoy afectado por la calvicie – me descojono con esta frase.
No soy maestro de nada. Cuando cumpla 85 años, como mi padre, que sí es un maestro, seguramente me habré ganado ya esos laureles. Hoy por hoy, periodista y ya. Rapsoda.
Pero… En 2018 sucedió algo que sí despertó en mí más que una aspiración una buena idea: crear y comercializar un tabaco ¡no con mi nombre!, sino para Burkina… ¡Et nunc manet in te! (Esto es de Gide, pero latinajo al canto).

Esa chispa es el inicio de un camino: el Noi Tour.
EL NOI TOURS (1) – UN POLÍGONO
MACANUDO MASTERS SELECTION
El verano de 2018 marca un nuevo inicio para mí, por muchas razones que no es el momento de contar, pero tienen que ver, sobre todo, con mi salud. Marco Torres, de Wacota, me señaló el camino para convertir Burkina J’Adore, el blog, en Burkina The Revist, la web. Y me ayudó, y no poco, a encauzarlo y darle sentido y, sobre todo, a pensar en el futuro. Después me llama y me dice que si le llevo el Golden Bull a Dominicana en mi equipaje.
– ¡Claro, Marco! Aunque me lo llenaras de cocaína. Soy tu hombre.

Con el blog convertido en Burkina The Revist y con la intención clara de hacerlo crecer como centro de información tabaquera en español y, sobre todo, para España, que es el territorio que queda dentro de mis limes, lo domino y lo puedo más o menos controlar, me fui a Intertabac en septiembre de 2018 a contarle a los amigos que había regresado a la arena.
Allí me encontré, como cada año, con el ya más que conocido y renombrado «Dream team» (el «Drink team», le llamo yo): el grupo de periodistas, colegas, amigos y compañeros de la revista que me da sustento y que me aguanta, Cigar Journal.
La revista tabaquera que vieron los siglos.
Entre ellos, mi muy querido (y añorado) Guillaume Tesson, mi espejo francés, periodista especializado, escritor, hombre divertido y con el que he compartido no pocos buenos ratos.

Tú le ves por la calle y piensas: un francés. ¡Gran tipo!
En aquel Intertabac, Guillaume me ofreció algo que llenó mi tierno corazón de admiración por él, que la siento de verdad, y de envidia. La envidia siempre es mala… No hay envidia de la buena. El Macanudo Master Selection Guillaume Tesson:

¿Cómo te quedas? Me dio un par de tabacos, que estaban muy buenos, me alegré sinceramente por él (puto gabacho de los cojones), le regalé un Davidoff Oro Blanco a cambio y lo celebramos juntos.

¡Es broma! Hay que aclararlo porque si no uno acaba como Will Smith. ¡Lo del puto gabacho de los cojones es broma! Lo de que me alegré por él, no. Me alegré mucho y me encantó el tabaco.
Pero, claro, inmediatamente, tomé el camino del stand de STG, los propietarios de Macanudo, para hablar con mi buen amigo, gran persona, gran profesional, Stephan Brichau:

¿Veis que Guillaume no puede ocultar que es francés? Parece que estuviera diciendo «Ohlalá«. El que está a mi izquierda es Stephan, que sabe dónde apoyarse. Esta foto se tomó en Cigars International, en Estados Unidos, en agosto de 2018, un mes antes de la feria Intertabac.
– Stephan- le sugerí cuando me senté a charlar con él-. ¡Vamos a hacer ese Macanudo, pero para España!
O tempora… Hasta aquí, los pelos. Mañana, las señales.
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