Ayer me enteré de que San Lotano, separado, que es una marca de cigarros nica, no se refiere a ningún mártir ni beato del santoral católico. Lo aclaro por si alguno de vosotros, después de fumar un San Lotano Robusto, había considerado la posibilidad de llamar a uno de sus hijos Lotano para demostrar su devoción por el santo patrón de la generosidad y la potencia.
Supongo que es una licencia poética. San Lotano, separado, es una marca de cigarros nicaragüenses que fabrica uno de los más grandes, y aún desconocido en España, personajes del mundo del cigarro premium a nivel internacional: el cubano Abdel Fernández.
Pero nada más. Lotano no es un nombre y nunca ha habido ningún santo, ni mártir, que llevara semejante palabro en el DNI. Que, además, rima.
Sanlotano, todo junto, sí existe y guarda mucha relación con el tabaco. Mucha. De hecho, Abdel es sanlotano, es decir, oriundo de San Luis, Vuelta Abajo, Cuba. Sanlotano, junto, es el gentilicio. Alejandro Robaína, añorado viejo tabaquero cubano, era sanlotano.
El tabaco sanlotano es de los mejores del mundo y San Lotano, aunque separado no exista, rinde homenaje a la tierra que vio nacer a un guajiro amable y de mirada inquisitiva, que prefiere expresarse a través de la calidad infinita e intachable de sus tabacos: Abdel Fernández. AJ. Un crack. Un sanlotano. Este.
Las principales compañías del mundo quieren que AJ les fabrique tabacos. El Monte by Montecristo…
El fantástico Romeo y Julieta nica…
El Ramón Allones que acaba de lanzar y que también he tenido la oportunidad de probar… Y publicar aquí RAMÓN ALLONES
Punch Diablo… Una bestia fabricada para STG, propietario de la marca en Estados Unidos. Le dije en Alemania, «Oye, Abdel, ese Punch Diablo, su puta madre, me ha salido otro huevo«. «Es lo que querían«, me contestó. Fuerte, fuerte.
Ahora ha llegado a un acuerdo con Jochy Blanco para fabricar un San Lotano dominicano con La Galera. La combinación de Blanco y Fernández sólo puede dar cosas buenas. Lástima que no venga a España.
Lo que sí podéis encontrar en España es el San Lotano nicaragüense, el original, el primer gran cigarro creado por el sanlotano Abdel. No es un cigarro barato. Por supuesto que no. No puede serlo. Este San Lotano Robusto (127 mm x 54) con capa habano Brasil, capote nicaragua y tripa nicaragüense, dominicana y hondureña vale 8’50 euros en el estanco.
¿Quieres saber por qué? Mira la foto.
Mirad esa capa. Apuesto a que habéis fumado pocos cigarros que quemen así, con esa finura, con esa regularidad y sin hacer un borde grueso que parezca el bordillo de una acera, ni verdugones ni leches. ¡Gran fermentación! ¡Hecho con tiempo! Una capa mate que da una ceniza gris clara casi blanca… ¡Fermentación! ¡Tiempo! ¡Cariño! ¡Pasión por lo que está bien hecho! Nada de prisas.
Hacer las cosas bien, en el mundo del tabaco, de forma honesta, transparente y tradicional, vale dinero. Ninguno de vosotros pretendería comprar un BMW por el precio de un Dacia. El Dacia es un buen coche, seguro, pero tiene un proceso de fabricación, unas calidades, ofrece unas prestaciones para que su gran ventaja sea el precio. Y, sí, te lleva de un lado a otro y Carmena te multa igual, pero no es lo mismo que conducir un BMW, ¿verdad? ¿Te gusta conducir? ¿Te gusta fumar?
Son Lotano Robusto es un cigarro poderoso y, como he dicho, generoso, que empieza con un punch suculento en nariz que, si no te gusta mucho la fortaleza inicial, es casi mejor que en las primeras caladas no saques humo por la napia. Al poco, se rebaja, se le pasa ese ímpetu inicial, para mantenerse en una fortaleza densa y compleja que va de media a fuerte. El paseo de aromas y de sabores por su cañón es constante y se mueve siempre en el ámbito de los tonos adultos, porque se necesita cabeza, calma y tiempo para comprenderlo entero, para captar su fumada irónica y sutil. Y sí, tiene dulce, pero es un dulce balsámico, nada artificioso ni mineral, como a regaliz (perdonadme, pero es el recuerdo que me vino a la cabeza mientras lo fumaba, el regaliz de Izarra que compraba de niño en Murguía, que era acre, amargo y dulce); su humo es cremoso y amargo como el cacao, sin tanicidad, apenas se le nota la madera y, sin embargo, se adorna con un despliegue intenso de tostados, fruta y cuero.
¡Ojo! ¡Que esto es lo que me ha dicho a mí! A ti igual te dice otra cosa distinta, ni mejor ni peor, distinta, dependiendo de la biblioteca de aromas que tengas almacenada en el hipotálamo.
Así que tú llegas al estanco y preguntas por un San Lotano y el estanquero te dice que vale ocho pavos y medio y, si no sabes nada, pues quizá debas pensar ¿qué coño tiene un puro que no conoce nadie para que valga ese precio? Pero ahora ya no puedes pensar eso, porque sabes que lo fabrica Abdel, que es un artista reconocido en todo el mundo; porque sabes que la calidad de sus tabacos está fuera de toda duda; porque sabes que los procesos son honestos, transparentes y naturales; porque a ese tabaco le han quitado todo lo que le sobraba, empezando por las prisas, antes de torcerlo y el tiempo es dinero; porque quema como una bendición y porque ofrece una fumada adulta, potente, experta y llena de sabores.
¿Y qué queréis que os diga? A mí, me parece barato. ¿Te gusta conducir?
Me gusta conducir, mira que casualidad
Me gusta conducir y fumando. Gracias