VI Aniversario - El gintonic - Burkina the revist

VI Aniversario – El gintonic

No os he contado que este descenso a los infiernos que es el VI Aniversario de Burkina The Revist no es sólo un regreso a la esclavitud de lo que se dijo. Lo escrito, aunque en su día pudo haber tenido todo el sentido, con el tiempo siempre pasa un peaje. Por eso mismo, tampoco es un intento de corregirme, ni desde luego una revisión. Con matices, siento que he sido bastante consistente en el mensaje, aunque me reservo mi derecho a rectificar, a cambiar de opinión, a aprender de mis errores y a desdecirme. La consistencia, además, es un poco ventajista y siempre cuenta con que la memoria es flaca. La idea siempre ha sido DESMITIFICAR el mundo del tabaco, liberar el disfrute de la incómoda faja del canon. Y en eso sigo, como veréis en esta entrada, publicada el 1 de febrero de 2016, dedicada al gintonic.

SECO AMARGO CÍTRICO REFRESCANTE

Lo que no os he contado, y que da sentido a esta sección órfica, es que este año 2022 Burkina The Revist habrá subido 1.000 entradas. Al ritmo de publicación que llevo, calculo que colocaré el rodrigón en mi camino en el mes de septiembre. Quizá en octubre. No depende del todo de mí.

¡Mil entradas es mucha turra! Algunos de vosotros me animáis mucho a que escriba un libro, y estoy en ello (a ratos perdidos), pero mil entradas es ya un libro más gordo y denso que «En busca del tiempo perdido» de Proust.

Tiempo al tiempo. De momento, esta es la entrada número 903. Publicada, como he dicho, el 1 de febrero de 2016:

SECO, AMARGO, CÍTRICO, REFRESCANTE

Hoy 1 de febrero es el cumpleaños de mi hermano Luis, así que le voy a dedicar esta entrada. Siempre hemos sido, digamos, complementarios, que no opuestos: él es un tipo serio, responsable, comedido, sensato, abogado, listo, vive en el centro mismo del mundo (Bilbao), es mayor, es feo… Todo lo contrario que yo. Por eso le quiero. Muchas felicidades brother. ¡No le digas a nadie cuántos cumples!

Sé que voy a parecer Matías Prats, pero «Perdonen que insista:» no pretendo sentar cátedra.

Si ha habido alguien que ha estado a favor de la exagerada, de la explosiva moda del gintonic he sido yo. Ha movido el mercado, ha sacado a la gente del aburrimiento, la ha impulsado a probar cosas nuevas y ha sido divertido.

Lo está siendo. Y ojalá fuera verdad y comenzará la moda del vodka-tonic y del teq-tonic.

No entiendo por qué los bebedores de gintonic de toda la vida han salido en defensa del combinado tradicional en plan «¡El gitonic se rompe!» como si fueran una facción montañesa de esta bebida que además, en España, tradicionalmente, era mucho de barra americana. Perdonen que se lo recuerde.

Quiero decir que si a usted le gusta la Gordons con rodaja de limón y ya, pídala, pero no comprendo por qué hay que hacer de eso un argumento. «Es que eso no es un gintonic, es una ensalada«.

Pues vale.

Personalmente, a mí me gusta la ginebra tipo London Dry, la seca de toda la vida. Bombay es de mis favoritas, pero no me voy a pelear con nadie por defenderla porque, en proporciones 1/4 de ginebra x 3/4 de tónica, más el hielo, más el resto, si alguno de ustedes me la distingue de la Beefeater o de la Tanqueray, le pongo una foto en el salón de la casa de mis padres (abstenerse gente capaz como David Cagigas y Pepe Aguirre).

Ahí, junto a la de mi comunión.

Para realzar los cítricos, la rodadura (no rodaja, sólo la piel) de lima me encanta. Esa diferencia, con el limón (no digamos ya con el pepino, que a mí me repite) no es sutil, porque la lima es un ácido más amable y dulce que el limón. En el primer sorbo, no se te pone cara del Fary en San Agustín de Guadalix.

Después, bayas de enebro. Cuatro o cinco. Previamente aplastadas (porque si no las aplastan, es como si añaden ustedes cuatro o cinco piedras). El enebro es el ingrediente básico de la ginebra, como saben… De todas las ginebras, por lo que estamos potenciando el alma del destilado que es su amargo punzante y, en mi opinión, elegante.

En un vaso de boca ancha, mucho hielo, la rodadura de lima (con la que se frota el borde del vaso antes de echarla), las bayas de enebro, una parte de Bombay y tres partes de tónica.

La tónica que a mí me gusta es la Schweppes Premium normal (la que no es de clavo ni de primienta rosa). Tiene una burbuja fina, fina, fina que proporciona untuosidad en boca, cremosidad, como los buenos cavas catalanes, y entonces ya no hace falta que nadie monte un show con la cuchara ni te venga con que hay que romper la burbuja que siempre que me dicen eso me acuerdo de los Lehman Brothers y me pongo a temblar.

Sábado noche. En el calor del hogar, los niños ya están acostados. ¿Dormidos? Sí, porque yo les doy un golpe en la base del cráneo, que aprendí de mi vecino Ángel, quien a su vez lo aprendió de Chuck Norris, que los deja 12 horas cao de tirón.

Un gintonic de Bombay. Otro igual para mi mujer. Unos anacardos. Un Partagás Serie D nº 4 que me regaló Javier Rodríguez Lera el otro día (sí, ya sé lo que he dicho de los cepos, pero a ese Partagás se le puede perdonar. Un poco de cintura, coño).4

Enciendo la Lampe Berger que elimina el olor del tabaco y funciona de verdad.

Una buena película…

Que dice el médico que deje de fumar. Lo que voy a hacer es cambiar de médico y apuntarme al de Gonzalo Fernández Silió, a uno que entienda que salud es equilibrio y no privación.

5 comentarios de “VI Aniversario – El gintonic

  1. José María Ortega dice:

    Jejeje mira que me he reído y disfrutado de la lectura, pero con lo de Lehmans Brother te has superado jejeje.
    Enhorabuena por el artículo y gracias.

  2. Jose Luis dice:

    Que no te avergüence. Las rescatadas hasta la fecha, están muy bien rescatadas. Hay películas más jóvenes que ya han envejecido peor.

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