Sobre mí y sobre Burkina

To think out of the box… (Mear fuera del tiesto)

La primera vez que oí la expresión “out of the box” fue en República Dominicana. La usó mi querida amiga Thelma Santos, una “out-of-the-box thinker” total, alguien verdaderamente especial, un Donatello entre las fieras. Thelma, en busca de una solución para un problema laboral, hizo un grupo de pensadores “out of the box” y me incluyó. Me di cuenta de lo mucho que me definía aquella expresión que no significa más listo ni más sabio ni más nada que nadie. Sólo pretende señalar a aquellos que, tal vez, dan una vuelta creativa más allá de lo convencional. Los que, en ocasiones, meamos fuera del tiesto que es, creo, la traducción interpretada que más se acerca. Y eso me gusta. Me gusta mucho. No soy de los que acepta las cosas porque sí, porque siempre han sido así, porque es la tradición o porque está dicho o, lo que es peor, demostrado. Yo tengo dudas. Soy inquieto. Me lo pregunto todo. Soy un out-of-the-box. Meo fuera del tiesto. La prueba: Un gran out-of-the-box es otro querido y lejano amigo: Juan Diego Morales, aka “Punko”, probablemente la persona más creativa que conozco. Con él, durante diez años, escribí a diario el blog de Hormon Wells & X.Bea-Murguía, el blog que vieron los siglos (jajajaja). Por ahí anda todavía colgado, como sus autores. Muy colgados. Ideológicamente me siento muy identificado con Punko. Quiero decir que estamos bastante alineados dentro de una forma crítica y práctica de mirar la política, esté quien esté en el poder, con intención de ser realistas y muy transversales. Con la polarización de opiniones reinante, cada vez mayor por desgracia, Punko y yo seríamos probablemente, en caso de guerra civil, los primeros fusilados… Por cualquiera de los dos bandos. Punko acostumbra a culminar sus discusiones políticas con un: “Me voy a ir a vivir a Burkina, que es la verdadera libertad”. Y tiene toda la razón. La libertad es algo terrorífico y desconocido. En realidad, las personas no quieren ser libres. Prefieren los cacheos en el aeropuerto, las prohibiciones, los controles de alcoholemia y las multas de tráfico. Ser libre da miedo. Así nace BURKINA, como un intento de reivindicar algo de lo que estamos muy necesitados en el mundo del cigarro premium: VERDADERA LIBERTAD. Fue el Punko quien, sin saberlo, bautizó el blog.   Libertad para los cigarros – Freedom for cigars , que fue el primer lema. Una libertad entendida en dos vertientes: la primera, ejercer mi derecho a molestar a los demás con el humo de mi cigarro, con la sola premisa, que es la que de verdad regula la convivencia, de ejercer el respeto mutuo, la tolerancia y la buena educación. Aquí la salud no computa. No es lo más importante, que no te engañen (es mucho mejor que te toque el gordo). La segunda vertiente, en la que insisto más porque no es tan densa, se resume en una serie de preceptos que lo que tratan es de liberar al fumador de cigarros de la dictadura de la ortodoxia hacia una manera de disfrute totalmente personalizada: 1.- Experto en cigarros es aquel que sabe lo que le gusta. 2.- Si a ti te gusta, está bien hecho. 3.- Cuando la ortodoxia impide el disfrute, a tomar por culo la ortodoxia. 4.- Me fumo el cigarro que me da la gana como me da la gana. 5.- En el mundo de los sentidos, la única ley es el respeto a los demás. 6.- El cigarro es un placer accesible, no un producto aspiracional, ni símbolo de estatus. 7.- Lo que es bueno para el hombre es, necesariamente, bueno para la mujer. Y esto es Burkina. En pocas palabras, o no tan pocas, pero ésta es la línea. Línea curva, claro. Como la parábola que traza el pis de un niño que mea fuera de la piscina… O del tiesto.