Sobremesa - Burkina the revist Elegantes en Cedro en Burkina The Revist

Sobremesa

No deja de resultar curioso que tenga que venir un gringo, Steve Saka, a ponderar el valor de la Sobremesa y el papel que siempre ha cumplido un tabaco es ese rito maravilloso: alargar el tiempo de disfrute, entrelazando humos y risas, convirtiendo tragos en conversaciones y confesiones y, sobre todo, ayudando a forjar lazos irrompibles de amistad.

Que es una de la funciones del tabaco: hacer amigos.

Bienvenido sea, pues, el gringo Saka y su Sobremesa Elegantes en Cedro que, además, tienen este brillante aspecto:

Creo que he visto pocos tabacos tan esmeradamente terminados como los Sobremesa. Los conocéis de sobra, no os descubro nada. En España hace tiempo que se venden, al menos, tres vitolas más. Quizá, el más conocido, por el nombre, el Americano:

Un toro (152 mm x 52) con esa capa habano Ecuador, capote Matacapán Negro mexicano y cinco hojas en la tripa, cuatro nicaragüenses y una broadleaf ligero estadounidense.

Mirad qué construcción, con que maestría se ha rematado esta cabeza:

¡Y están todos iguales! Ni uno tiene ni el más mínimo fallo en su presentación y construcción.

Estos son los otros dos: el Gran Imperiales (178 mm x 54)

y el Short Churchill (120 mm x 48).

Hay dos cosas que llaman la atención en estos cigarros IMPECABLES: la mano, en la fabricación, de una marca de mucha garantía, que es Joya de Nicaragua y el elevadísimo nivel de exigencia de Steve Saka.

Como debe ser.

Como debes ser tú. Exigente.

ELEGANTES EN CEDRO

El cuarto Sobremesa que llega a España es el Elegantes en Cedro. Un 170 mm x 50, formato largo y vistoso, que nos viene vestido con una lámina de cedro.

La ligada es la misma, con tabacos a los que se les nota el añejamiento, porque no tienen una arista, ni un sobresalto, ni una pega, para una fortaleza media no evolutiva, ni falta que le hace (salvo lo que cambie la fumada por tu manera de fumar), porque es complejo, redondo, equilibrado y sabroso de principio a fin.

Una delicia bien construida, bien llena de tabaco, que quema lento, tira en su punto y satisface por 13’00 euros (precio en estanco a 22 de julio de 2020, pero podría variar).

Yo hoy mismo he echado una larga sobremesa con un Sobremesa Short Churchill que me ha durado más de hora y media.

Fumo despacio, es verdad, pero también he echado un rato acariciando la capa con las yemas de los dedos y pensando en voz alta: «¡Qué cigarro más bonito! Da pena cortarlo». La fumada ha sido exquisita. El tabaco me ha acompañado, que es su papel, durante toda una sobremesa con Pedro Pablo Gamero. Allí hemos estado, dándole a la sinhueso, hasta pasadas las seis de la tarde.

CATA Y MARIDAJE

El cigarro empieza brutal: mineral, salino y levemente picante, con un fondo dulce y amaderado que es el leit motiv de la fumada, mientras van apareciendo y desapareciendo, como en un show de marionetas, otros tonos más divertidos y sorprendentes, como cítricos, frutos secos, caramelo…

Una fiesta.

Un gran tabaco, un buen amigo y una muy buena sobremesa, en la que hemos dado un repaso a la historia de los últimos veinte años del tabaco y que hemos regado a gusto con un ron que yo no conocía: Alegre.

Ron dominicano, con potente aroma a barniz (en la primera pegada, que es algo muy común en los rones), pero que después, cuando se ha diluido, ha sido más bien seco, más que dulce, y le hemos sacado un fondo muy rico a pomelo. Le iba al Sobremesa como un guante.

Además, hemos hablado tanto que necesitábamos un cigarro y un ron que nos hiciera salivar.

Un gusto, Pedro, como siempre.

4 comentarios de “Sobremesa

    • Rafael Bernardo dice:

      Con Steve Saka me fumé you un Dunhill Havana Club en Manhattan en el año 2002, y él me regaló un magnífico whisky que ños del aeropuerto Kennedy pensaban que era un explosivo líquido…

      • JAVIER BLANCO URGOITI dice:

        En plena histeria del 11S, entiendo que te hicieron pasar al cuarto del cacheo profundo… Siempre me sorprendes, Rafa, tan discreto y elegante, te lo digo de corazón. Gracias por leer mi humilde blog. Me recuerdas a lo que decía Imeldo Rodríguez, el maestro tabaquero de CITA: «Todos hablan del tabaco, pero, ay, si el tabaco hablara». Un abrazo

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