Último día - Burkina the revist

Último día

Hoy es mi último día en Santiago. Ya acabó el Festival, ya se ha ido todo el mundo y se han quedado sólo los de mantenimiento. Eso sí, hasta que salga mi vuelo a Madrid, desde la capital, que será esta noche, voy a echarla en el Chateau Inoa, una villa palaciega que conozco.

A comer aguacates de la matica de Manuel. No sabéis qué aguacates. A tomar un trago y, quizá, no lo sé, me fume algún tabaco. No estoy seguro. Manuel no me deja fumar Luckies…

Deja esa mierda, man – me dice muy serio -. Esa mierda te va a matar, ¿me oyes?

A los que habéis expresado públicamente vuestra envidia, que es comprensible, que sepáis que yo no os lo he contado para despertar en vosotros ningún sentimiento negativo. La envidia siempre es mala. Eso de «siento envidia, pero de la buena» es una perífrasis para ahorrarse palabras más comprometedoras. La «envidia de la buena» es la «admiración». Tampoco me extrañaría, porque lo que sucede aquí, en Procigar, es digno de admiración… Pero ni envidia ni admiración.

No tienes que sentir nada que no sean ganas de venir a Procigar 2023. Son unos chelitos, seguro que sí, que no es barato, pero una vez en la vida, merece la pena. ¡Y con pareja! Aunque sea pagar el doble y disfrutar la mitad.

En fin, es mi último día… Todo termina. El año que viene espero poder volver. La cuenta de tabacos fumados durante los tres días del festival se ha quedado en CATORCE. Y os voy a decir una cosa: yo soy moderado. Algún bárbaro del norte de Alcalá de Henares me viene ahora a la cabeza que se habría fumado más del doble… Y es muy posible porque otra cosa no habrá en Procigar, pero tabacos, hay tabacos a mansalva. Ahí van:

ELADIO DÍAZ

Último día… He fumado más, en realidad, pero dentro de lo que es el festival han sido esos catorce. Ayer estuve todo el día con mi hermano pequeño, Emmanuel y, por supuesto, con fui a jugar dominó con Eladio Díaz y su mujer, Griselda. Estaba también un señor cosechero, Don Julio, de esos que no hablan mucho pero que todo lo que dicen es verdad.

Por cierto… Les gané. jajajjajaja. Yo no soy muy bueno jugando al dominó, la verdad, pero es lo que tiene jugar con advenedizos que no conocen bien la mecánica de los buenos jugadores: la mayor parte de las cosas que haces les desarman, les rompes la lógica. Eso, y un poco de suerte. Andaban ayer encojonaos…

No se agacha, Javier.

A Manuel Inoa, si se da la partida, también le pienso ganar hoy. Por lo mismo. Me va a decir:

Pero, pipol, tú eres un salvaje.

Ya me parece estar escuchándolo.

Eladio Díaz me regaló un cigarro de la serie de su 65 cumpleaños. Estas ligadas son las que, después, utiliza Davidoff para el Master Selection. No tengo ni idea de los tabacos que ha usado en este 65 aniversario, ni tampoco lo pregunté. Me dispuse a fumarlo sin más y a disfrutarlo. Lo prendí, pero ese sabor, inmediatamente, me despertó una alarma en el cerebelo:

Porque me era muy familiar. Y se lo dije a Eladio:

Es la capa 702 – me contestó con su voz de cueva -. ¿No hemos estado hablando antes de ella? Pues ahí la tienes. Disfrútala.

Y vaya si la disfruté. Más de dos horas fumando hasta el cabito… Y ganando al dominó y tomando un trago de ron… O dos. Eladio y Griselda son gente encantadora. Uno allí se siente como en su casa y no es una frase hecha. ¡Como en su casa! Por momentos casi hasta me da vergüenza. Quizá debí dejarles ganar un poco al dominó.

Bueno, no. Tanto, tanto no.

Último día. Lo voy a exprimir en el Chateau Inoa.

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