Anoche, tal y como prometí, tuvo lugar la primera cata ciega de Burkina, este territorio de verdadera libertad para el fumador de cigarros.
He decidido titularlas «PALOS DE CIEGO», por dos razones, una que viene a cuento y otra que me sale a mi de los cojones, que para eso es mi blog.
Viene a cuento porque sucede que, aunque yo les digo a los que participan que se concentren en lo que sienten y no intenten adivinar qué cigarro están fumando, la tentación es demasiado fuerte. Es inevitable: se pasan la fumada apostando por orígenes y marcas y eso es muy, muy difícil. Una vez que has quitado la anilla, puedes decir que el puro te gusta más o menos (buenos, son todos los que catamos), pero acertar la procedencia…
Pero también he querido llamarlo «Palos de ciego» para promocionar la novela de David Torres, «Palos de ciego», que es una maravilla, que la tenéis todos en la editorial Círculo de tiza y estáis tardando en ir a comprarla. Es una orden.
Con respecto a la cata, brevemente:
- Más de treinta parámetros para ser objetivo
- Cinco capítulos para cubrir construcción, fumada y relación calidad/precio
- Aspecto, en frío, en caliente, satisfacción y precio
- Cata sensorial de aromas y sabores
- Notas del 0 al 10. Nota media en cada capítulo. Y valoración final.
- Separación de los cigarros en categorías de precio: menos de 5 euros, de 5 a 10 euros, de 10 a 20 euros, más de 20 euros.
Después yo me escribo la historia, lo organizo en el blog y lo chuto.
Espero que os guste.