No hace ni una semana que he hablado de Rafael Bernardo, y del privilegio que ha supuesto para mí estos más de 20 años de amistad. Desde el momento en que lo conocí, en el Festival del Habano del año 2002, me dejó deslumbrado no sólo con el potente foco de su sabiduría, sino con su sencillez y su forma tan directa de hablar. Rafa era ingeniero y ejercía hasta para divulgar. Él te lo contaba con poca poesía, tal y como era, pero, al mismo tiempo, sin darse importancia, sin pretender ser más de lo que en verdad era: un gran aficionado al tabaco cubano; un apasionado de los Habanos o, mejor aún, un connoisseur.
Su libro, que empezó a publicar por entregas en La Boutique del Fumador, «El arte de conocer y disfrutar los puros habanos«, es probablemente unos de los mejores textos para la divulgación de la artesanía cubana del tabaco. Porque Rafael Bernardo era una de las personas que más sabía sobre Habanos, sobre el tabaco cubano, su proceso, su historia, sus marcas y vitolas, su gente… ¡Del mundo! Hay pocos tan expertos, tan «ingenieramente» expertos, tan apasionadamente sensatos y tan vívidamente calculadores como solía serlo mi querido Rafa, que siempre te dejaba pasmado.
Esa luz ha continuado encendida hasta hoy. Y casi me avergüenza confesarlo (pero sólo la verdad me vale) y me da mucho qué pensar. ¿Cómo puede ser que me haya enterado de la muerte de un querido amigo veinte días después? Rafael Bernardo murió el 17 de julio de 2023. ¡Y yo me he enterado hoy! Joder, es que no me lo esperaba para nada. Es verdad que llevaba unos años luchando contra la enfermedad, pero todo parecía ir tan bien… Sus partes médicos, enviados por whatsapp, eran tan propios de él, tan de su manera fría de contar las cosas: tan directo, tan sin adornos, sin medias tintas… Insisto, ¡te dejaba pasmado siempre! Leías el resumen de la evolución de su enfermedad y no sabías qué contestar, si «Me alegro, Rafa, mucho ánimo» o «Rafa, quiero ser como tú».
LA ULTIMA VEZ QUE FUMAMOS JUNTOS
La última vez que fumamos juntos, que fue en noviembre de 2021. Rafa había dejado de fumar y quiso tener un detalle con un pequeño grupo de amigos, entre los que puedo decir que tengo la suerte de contarme. Nos volvió a dejar pasmados:
Aunque el tabaco con el que siempre me sentiré unido a él es H.Upmann Sir Winston. Aún tengo la anilla guardada del día en que celebramos su jubilación alrededor de una mesa camilla. La situación fue un punto surrealista… Otro día la cuento… Lo importante es que nos juntamos unos pocos amigos y sellamos la ocasión para siempre. Un tabaco inolvidable:
Esto fue otro día, pero ésta es la pandilla… Partiendo de mi izquierda: Pepe Aguirre, Ángel García Muñoz, Eduardo Mencía, Jesús Llano, Fran González Nieto, Javier Rodríguez Lera, Rafael Bernardo, David Torres y Jesús Bernad.
Estoy en Galicia y me da rabia no tener uno a mano (en Madrid sí tengo), pero contad con que le haré su homenaje en cuanto llegue. Rafael Bernardo ha muerto con discreción. Como era él, directo al grano, sin poesía y dejándonos pasmados a los amigos.
Te voy a echar de menos, amigo.
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Qué pena! Uno de los grandes conocedores. Que descanse en paz.
Un grande. Sí, señor. Un abrazo Pedro
Lo siento mucho, Javier. No lo conocia pero el otro día me hablabas de él con mucha admiracion en Cava Viñales sin saber que ya no estaba.
Un abrazo
Casualidad… Gracias. UN abrazo
Siempre he dicho que las personas más sabias son los grandes divulgadores, las que respiran y exhalan sabiduría. Obviamente no lo conocía, pero tan sólo ver como haces referencia a él ya lo honra.
Personas que reflejan al pie de la letra aquella cuña tan famosa del…..
Sólo se, que no se nada.
Una enorme pérdida: un buen amigo. Gracias! un abrazo
Tengo su libro, vendido por él hace 19 años, cuando empecé a interesarme por el cigarro, como una reliquia, por la cantidad de información que trae. Editado con mimo en colores marrones, le tengo un cariño enorme, éramos más jóvenes entonces. No le conocí ni supe de sus andanzas, pero sólo de hojear el libro ya ves que era un sabio y un apasionado del cigarro. Una pena.
Una gran pérdida, Luis. Muchas gracias por tus palabras. El libro es muy recomendable. Un abrazo