Cuánto tiempo - Burkina the revist

Cuánto tiempo

La gente, aquí, en Procigar 2022 pregunta mucho. Más que muchos periodistas. Y os voy a decir una cosa: ninguna industria en el mundo, salvo, quizá, el vino y los destilados, genera esa inquietud en sus consumidores. ¿Qué? ¿Cómo? Y, sobre todo, ¿cuánto tiempo? Porque en Procigar, un festival del cigarro al que deberíais venir, al menos, una vez en la vida, lo que más hay es aficionados al tabaco.

También hay profesionales, claro que sí. Muchos. Pero aquí vienen a «pasarla rico», sobre todo, aficionados al tabaco. Como tú. Y es una experiencia que deberías empezar a valorar… El año que viene volverá. Vete pensándolo.ç

Ellos no se dan cuenta, los consumidores que vienen, y no quiero que parezca una crítica porque no lo es. Si no sabes algo, lo mejor es preguntarlo. Sin vergüenza. No hay preguntas tontas, sólo respuestas, a veces, inadecuadas. Pero los que ya tenemos un recorrido en esto del tabaco nos damos cuenta de que hay una pregunta que siempre se hace.

Siempre.

Yo ya no me acuerdo, pero apuesto a que, en su día, la primera vez que yo vi una granja de tabaco, también hice esa misma pregunta. Es inevitable: ¿Cuánto tiempo? Y me diréis que yo siempre ando con la monserga (y sigo en ella) de que es el tiempo, precisamente, uno de los principales valores del tabaco. Pero no se trata de ese tiempo, sino de los plazos: ¿cuánto tiempo está la semilla en los semilleros? ¿Cuánto tiempo en el rancho de curado? ¿Cuánto tiempo fermentando en la troja?

La respuesta es depende. Siempre es depende, aunque normalmente al que hace la pregunta eso no suele satisfacerle, porque no le da certeza a su inquietud. Hay que ponerle días, un como si fuera un plazo fijo, la hipoteca o la letra de un coche.

EL TABACO HABLA

Pero no se puede dar una respuesta exacta y eso no sólo es parte de la belleza del tabaco, sino también parte de su condena. Esa misma incertidumbre la siente el cosechero en el campo, cuando ve que pasan los días y el tabaco no está listo para ser cosechado y, encima, amenaza lluvia.

El tabaco no es una ciencia exacta. El trabajo en el campo y el proceso del tabaco responden a las leyes de la física y de la química de la misma flexible manera con que se respetan todas las leyes, humanas y naturales, aquí, en el Caribe. No se puede abrir una hoja de excel y resumir en ella los plazos contables del tabaco y dejarlo ahí, bien a la vista, esperando a que el tabaco lo lea y cumpla los plazos igual que un disciplinado contribuyente.

Porque no lo va a hacer. El tabaco es un defraudador, un niño mimado y sabe de plazos lo mismo que una cuadrilla de albañiles que entra en tu casa a hacer la reforma con la promesa de dejarte el hogar niquelado en menos de un mes.

Aquí en Dominicana dicen que “el tabaco habla”. No es que te salude cuando pasas a su lado aunque a veces lo parezca, sobre todo cuando recibe una brisa rica (muy buena para la finca) y menea las hojas de la corona de lado a lado como si fuera un miembro de la familia real británica saludando al pueblo desde el balcón.

El tabaco te va a decir cuándo está preparado para pasar al siguiente estadio. Él te avisa, y no va a ser antes, por mucho excel que te hayas montado.

En estos preciosos semilleros flotantes de la finca La Canela (La Flor Dominicana), la semilla se desarrolla desde el inicio hasta que se transplanta a la tierra. Son 45 días.

Ó 40 ó 50.

Depende. No vale de nada discutir con él: “óyeme, tabaco perezoso, ya han pasado 45 días… te vas a ir a la tierra quieras o no!”.

El tabaco habla y, cuando esté listo, te lo dirá y podrás pasar al siguiente proceso.

LA CANELA

Ayer estuve visitando la finca La Canela, con Litto Gómez y La Flor Dominicana. Una belleza de lugar:

Me fumé, por supuesto, La Flor Dominicana Reserva Especial Gran Robusto… que es Burkina The Lot…

LA FLOR DOMINICANA – BURKINA THE LOT

Dejando que su sabor especiado, dulce y amaderado, me inundara mientras Litto explicaba el proceso primario del tabaco, antes de la industria.

La Canela es un lugar en la que nada se improvisa. Todo, hasta el más mínimo detalle, se controla porque aquí todo cuenta. El objetivo es educar al tabaco, para lograr regularidad, alcanzar el resultado final buscado: un tabaco premium consistente. Calidad.

Y, para eso, ¿cuánto tiempo se necesita? No sé. Mirad este tabaco. Lleva un año fermentando en la troja. ¿Cuándo terminará la fermentación? Cuando esté, cuando quiera el tabaco, cuando tenga que ser. No antes.

Parte de esa consistencia se logra en el campo, peleando contra el caprichoso comportamiento de una planta que está viva y que hace lo que quiere. Por eso, la pregunta bueno no es ¿cuánto tiempo? Como si existiera una ecuación, un logaritmo neperiano, que pudiera arrojar una cifra exacta en unidades de tiempo a esa inquietud.

Los consumidores que vienen aquí la hacen constantemente, y es natural, porque tenemos esa mentalidad en el que la vida es una cuestión de plazos, pero no es verdad. La vida es el camino.

La pregunta buena es una que aún nadie ha hecho porque tampoco tiene una repuesta cierta:

¿Cómo es posible el milagro del tabaco premium más allá de cualquier cálculo humano?

Es posible porque el tabaco quiere. El día que no quiera…

4 comentarios de “Cuánto tiempo

  1. Odon Elorza dice:

    Me ha encantado este post y lo profundo de: cuando el tabaco quiera.
    «No es una hoja de excel» ahora que todo se mide por ratios, ebitda y porcentajes.
    A mis 52 años y empezando a fumar puros en el confinamiento…me voy a enamorar del Tabaco ?

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